miércoles, 4 de enero de 2012

Oraciones y plegarias de un descreído

El título de hoy podríamos dividirlo en oraciones (como obra de elocuencia, gramatical o ruego que se hace a Dios o los santos)  y las plegarias (como ruego con manifestaciones y demostraciones exageradas para que se conceda algo que se desea). Porque de eso estamos en estos días.

Por ejemplo. Las cifras del paro correspondiente al mes de diciembre y conocidas este martes ponen de manifiesto que los augurios se han quedado cortos, que todo lo que hemos oído de lo que se avecinaba es posible que hay sido el enunciado de una previsión que se torne en más negra aún.

Y ahora vienen las oraciones, enmarcadas en las excusas, las valoraciones, las declaraciones y hasta en los canutazos de todos los relacionados con este asunto ya sean profesionales de la economía o cargos políticos que desarrollan su labor en esa área. En Canarias tenemos 10.949 parados más que el año anterior, una cifra que empeora el balance del ejercicio anterior y que eleva la lista autonómica de desocupados a 265.569. Eso en un mes que tradicionalmente se incrementa el número de contratos en comercios para atender la demanda del consumo. Ni eso. A pesar de rozar el lleno en los hoteles durante la primera semana de diciembre, a pesar de tener una ocupación alta en las Navidades, a pesar de que en varios de los aeropuertos canarios no había ni un sólo coche de alquiler sin contrato, a pesar de que la esperanza de la llegada de Rajoy y los suyos hacía presagiar que los nubarrones se tornaban en luminoso amanecer.

Y para explicar lo que difícilmente tiene manera de ser entendido hemos oído de todo. Desde un presidente del Gobierno, el nuestro, que dice que aquí escapamos algo mejor, a tirarle de las orejas a los empresarios turísticos por racanear contratos de trabajo. Dice Paulino Rivero que hay que "fidelizar a quien viene y para eso hace falta un buen servicio, profesionalidad y el número de trabajadores adecuados para que ese servicio sea bueno porque eso querrá decir que en el futuro se estará garantizando que quien viene pueda repetir". Y en ese trance yo me imagino al probo trabajador de un hotel arrodillarse ante el huésped que se va y con las manos en posición mariana decirle al viajero "vuelva pronto, por favor, señor turista, que me va el empleo en ello, vuelva, no piense en otro destino. Sepa que si se va a otro sitio de vacaciones tendrá sobre su conciencia mi despido".

Luego están las otras valoraciones. La CEOE de Tenerife diciendo que "hay que recuperar la confianza, la financiación y el consumo en un marco de eficiencia". Qué bonito, que idílico. No hay confianza porque no hay dinero, o lo que es lo mismo, falta financiación porque hoy entras en un banco y no te dan ni conversación y todo eso lleva a una carencia en el consumo en el que te da lo mismo si el que te atiende lo hace con eficiencia o sin ella. Entre otras cosas porque no hay perras para hacer el consumo que se hacía antes.

Luego tenemos a la Cámara de Comercio pidiendo estímulo a la creación de empresas, cuando lo que está sucediendo es todo lo contrario, que todos los días cierran pequeñas, medianas y hasta grandes empresas. Un poco más adelante de su comunicado, que podrían repetir cada mes, hacen una apología del contrato único como si la solución al paro fuera la libertad en los despidos.

Y eso es todo lo que tenemos de reacciones. Nada nuevo bajo el sol. Ni una sóla idea que revolucione o encandile el porvenir. Nos entretienen con declaraciones pomposas, con frases hechas que quedan bien pero no dicen nada y que muchos de los que las pronuncian desconocen hasta su significado. Porque, ¿qué significa en un sitio como Canarias, con más de 265 mil desempleados, hablar de políticas activas de empleo?

Los únicos que han encontrado empleo en los últimos días son los del PP y más aún si son del núcleo duro de Soria y además de Las Palmas. El resto espera entregando curriculums para ver si dan el perfil en algunos de los puestos que quedan vacantes tras el triunfo electoral. Una familia de Las Palmas acumula más cargos gubernamentales que toda una provincia. En un arrebato de demagogia podríamos decir que hay muchas familias que tienen a todos sus miembros en paro, pero en una, sola en una, dos de sus miembros son altos cargos del Gobierno de la nación.

Insisto en que es un arrebato de demagogia y desde ahora mismo encargo una novena a San Soria, patrón de los nombramientos, para que me perdone por mis desvaríos y me ilumine por la senda del equilibrio y la paridad y no me deje caer en la tentación del pasotismo, de la bobería simplona o del tiralevismo, pecados estos a los que se han entregado algunos de mis compañeros en la búsqueda o esperanza de ver qué les puede tocar en ese reparto de puestitos oficiales.

Hago propósito de enmienda y espero el castigo por mis pecados de pensamiento y expresión, aunque esto no es nada comparado con la postura de ermitaño que de un tiempo a esta parte, casi desde que es vicepresidente del Gobierno, está viviendo José Miguel Pérez que según dicen sigue siendo el secretario general de los socialistas canarios, aunque no aparezca. Si buscan en Google verán que su última aparición pública fue el 22 de diciembre y habló para felicitar a Soria por su nombramiento "en lo personal". Y ya está. Ni hay valoraciones a lo del Bachillerato en tres cursos, recuerden que él es el consejero de Educación, ni a los recortes del día 29, ni a los manifiestos de las gentes de sus partidos, ni siquiera a felicitarnos las pascuas.

Así nos va. Por cierto, feliz año a todos, incluidos políticos, banqueros y bancarios y muchas gracias a los que me han dejado sus comentarios en este blog. A todos los tendré en cuenta y los incluiré en mis plegarias.

2 comentarios:

  1. Excelente articulo Pepe. Te noto pesimista; se que la cosa esta jodida pero al mal tiempo buena cara; hay que confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades pa salir de esta y no dejarnos llevar por algunos mediocres. Que los Reyes te inunden de regalos. Un abrazo

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  2. Ora pronobis Pepe, vemos estos días (ya sin asombro) como la desprestigiada clase política y sus anejos efectúan una serie de jaculatorias que como tal apuñalan el presente y futuro del pueblo llano como si fuéramos el tan lacerado “Corazón de Jesús”. Gepetto el padre de Pinocho tiene un trabajo tremendo agrandando la nariz de Mariano Rajoy y sus marionetas por mentir tanto entre su programa invisible y la realidad de los recortes y subidas de impuestos que ellos siempre negaron la mayor, en fin los feligreses del PP sabrán que están pecando con el octavo Mandamiento de la Ley de Dios, ese de no levantaras falsos testimonios ni mentiras, y si no les preocupa el castigo divino que sepan que el primer mandamiento hacia los electores es el de “No mentir” ya ellos pecaron anteriormente y las urnas los castigaron hace ocho años sacándolos del poder y me parece que en este breve regreso tienen muy contentos a muchos ciudadanos contribuyentes y votantes…
    Ayer vi y escuche en cierto medio de comunicación la lectura que hacía sobre las cifras del paro un altísimo cargo público de nuestra Comunidad y me vino a la memoria mi libro de cabecera Allegro ma non troppo “Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana” del economista italiano Carlo María Cipolla, catedrático de Historia Económica en Pavía (Italia) y Berkeley (USA), que en una brillante teoría habla de la estupidez humana y sus consecuencias en la sociedad, lo resume en cinco leyes, hoy me voy a referir a la tercera Ley Fundamental, la Ley de oro y a su apartado de Estupidez y Poder, resumiendo dice.
    El profesor Carlo M. Cipolla define a los individuos como:
    Desgraciado: aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.
    Inteligente: aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.
    Bandido: aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.
    Estúpido: aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.
    Como ocurre con todas las criaturas humanas, también los estúpidos influyen sobre otras personas con intensidad muy diferente. Algunos estúpidos causan normalmente perjuicios limitados, pero hay otros que llegan a ocasionar daños terribles, no ya a uno o dos individuos, sino comunidades o sociedades enteras. La capacidad de hacer daño que tiene una persona estúpida depende de dos factores principales. Algunos individuos heredan dosis considerables del gen de la estupidez, y gracias a tal herencia pertenecen desde su nacimiento a la elite de su grupo. El segundo factor que determina el potencial de una persona estúpida procede de la posición de poder o autoridad que ocupa en la sociedad. Entre los burócratas, generales, políticos, prelados y Jefes de Estado se encuentra el más exquisito porcentaje de individuos fundamentalmente estúpidos, cuya capacidad de hacer daño al prójimo ha sido (o es) peligrosamente potenciada por la posición de poder que ocupan.
    En resumen “La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el bandido o malvado”.


    La mayoría de los ciudadanos estamos englobados en los tipos de desgraciados y/o inteligentes, pues somos víctimas en menor medida de los ladrones y en mayor de los estúpidos que ostentan el poder económico, político y social de nuestra tierra.
    Hoy noche de Reyes, con ilusión y nerviosismo pondremos los zapatos en la ventana esperando que los Magos de Oriente nos dejen las peticiones efectuadas, quizás tengamos suerte y se disipe tanto nubarrón negro que tenemos encima y nos dé un halo de esperanza.
    Salud y buenos deseos para todos, y don José también lo tenemos a usted en nuestras plegarias y oraciones, abrazos.

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