lunes, 23 de abril de 2012

Acojone general

Es curiosa la metamorfosis que todos estamos sufriendo con la llegada del PP al poder. Hasta mediados de diciembre todo era culpa de Zapatero y los suyos, pero desde la toma de posesión de Rajoy estamos permanentemente protegiéndonos de posibles zarpazos, sin que acusemos a nadie de los golpes que reciben nuestros bolsillos, a cuenta de la subida del IRPF o del IBI, de los recortes de sueldos, de las rebajas en las prestaciones sociales. Todo se incrementa menos los sueldos. Están prodigando el debate de la escasez y promueven la idea de que gastar es sinónimo de insolidario, malvado o demente. Y todo eso nos lo estamos tragando igual que aquel aceite de ricino que nos daban en épocas pretéritas para curarnos "de estómagos sucios". Hoy hay estómagos que no tienen de nada.
En ese ambiente de precariedad, de dar las gracias por trabajar, de casi sentirnos en deuda con los patronos por hacer más tareas por igual o menor sueldo, de que los bancos estén más vacíos que la cabeza de Belén Esteban, se está desarrollando una cultura de no hagas nada nuevo que es peor.
Se sacaron de la manga una reforma laboral que más parece una cacería al empleado con trienios o una campaña de exterminio al trabajador con más antiguedad para cambiarlo por un becario, un joven sin experiencia, o incluso un adulto cuyo contrato sea más barato y sin tanto coste laboral, y que un día, para decirle adiós, no hará falta ni decirle que está despedido ni que recoja su finiquito.
Haga un ejercicio de agudeza visual. Mire a los que se encuentre por la calle. Fíjese en sus rostros, de los que se vaya encontrando.¿No le parece que todo el mundo va más triste que antes? ¿No tiene la sensación de que hemos perdido hasta la alegría?
No es que diga que la culpa es del PP, pero ellos están detrás de muchas de estas sensaciones, con sus tomas de decisiones, con sus reformas, con su poder, con las cosas que cada día -y más los viernes- están haciendo.
Entre lo que ellos quieren y lo que le obligan las circunstancias están generando un estado catatónico y lleno de acojone para todos los ciudadanos. ¿A qué será lo próximo a lo que le metan mano? Parece que tienen todas las papeletas los medios públicos.
El siguiente objetivo es la radiotelevisión pública, la del Estado, porque la de aquí ya hace su papel servilista al que detenta el poder canario y además nunca se ha visto libre ni de los políticos ni de sus amigos.
El PP ganó las elecciones con una televisión pública que ahora dicen que les es hostil. ¿Pero quien lo dice? Los paniaguados que esperan que les caiga algo porque vegetan en medios en los que han hecho propaganda en vez de información. Y también lo dicen políticos del propio PP que anhelan totalitarismo y no quieren confrontar sus ideas porque son tan pobres de mente como escasos de talante e ideología.
He visto, leído y oído a algunos de esos decir que se alegraba de la suspensión de la serie "Cuéntame" porque según su corta visión contaba la historia de los Alcántara desde el prisma socialista. La operación física no le curó el estrabismo político que padece. Hoy vegeta entre los suyos y acepta migajas de otros para no perder comba mediática. Pero es sólo la muestra conocida de unas larvas que van tomando el cuerpo. Sólo de pensar que eso se extienda es lo que a algunos nos tiene acojonados. Eso y el contexto económico que los suyos están generando.